COORDINACIÓN ECONÓMICA BRASIL - COLOMBIA

Publicado en por Convenio FEDERACAFE- Comunidad Madrid - H+D

 

La coordinación en asuntos económicos entre Brasil y Colombia ha sido tradicionalmente adecuada. El principal campo en el cual los dos países desarrollaron acuerdos de importancia a lo largo del siglo XX fue la política cafetera. Al fin y al cabo, eran los mayores productores mundiales del grano y el desarrollo de acciones conjuntas, en lo que era conocido como ‘la Diplomacia Cafetera’, resultaba de beneficio social para los dos países y para el conjunto de los productores. El café a lo largo del siglo era el principal producto de exportación de Colombia.

‘La Diplomacia Cafetera’ tuvo como escenario principal los acuerdos internacionales para reducir el exceso de exportaciones del grano a los mercados internacionales y defender así las cotizaciones internacionales y los ingresos de divisas de los países exportadores. El fundamento de esa política se basaba en la baja elasticidad al ingreso de la demanda por café o sea en la idea de que los consumidores tienden a demandar café independientemente del precio de la bebida.

Para el desarrollo de dicha coordinación, las autoridades cafeteras colombianas representadas por el Gerente de la Federación Nacional de Cafeteros y delegados a las negociaciones internacionales, como fue el Pacto Interamericano de Cuotas de los años 40 y los Convenios Internacionales del Café que surgieron desde inicios de los 60 hasta finales de los 80, acordaban con los representantes del Brasil el establecimiento de un sistema de cuotas de exportación de café, el tamaño del cupo global, los criterios para fijar la participación de los países productores y los llamados parámetros de la política cafetera, como eran las bandas de precios y los denominados reintegros mínimos de exportación.

Colombia también ha sabido mantener una buena coordinación con las autoridades brasileñas respecto a la orientación de la política económica internacional. Desde la posguerra cuando se crearon las instituciones de Bretton Woods, como el FMI y el Banco Mundial, Colombia se asoció con Brasil en uno de los grupos de países que representaban a América Latina en esas instituciones. Hasta comienzos de los 80 se convino que Colombia sería el representante principal en el Consejo del Banco Mundial con Brasil como alterno, en tanto que lo contrario ocurría en el FMI. Con el ingreso de Filipinas al grupo en el Mundial se estableció una rotación en la cabeza del grupo de esa entidad, mientras que el acuerdo en el FMI se mantuvo.

Con el apoyo de Brasil en el FMI, que desde la creación de la entidad estuvo representado por el economista Alexandre Kafka, q. e. p. d., Colombia consiguió sacar adelante el apoyo financiero y político del FMI en épocas tan difíciles como fue el enfrentamiento con esa entidad durante la administración Lleras Restrepo y el esquema de monitoría en la administración Betancur. Más adelante, el apoyo de Murilo Portugal, entonces director ejecutivo brasileño en nuestra silla en el FMI, también resultó ser clave en las negociaciones con el Fondo durante las administraciones Pastrana Arango y Uribe Vélez.

Por esta tradición de buenas relaciones de coordinación económica entre los dos países, resulta tan lamentable lo sucedido con el abrupto e indeseable despido forzoso de la representante de Colombia en el Fondo Monetario Internacional por parte del actual Director Ejecutivo de Brasil. Este es un acto inamistoso y poco entendible para quienes hemos sido colaboradores con Brasil tanto en los asuntos cafeteros, como en los organismos multilaterales de crédito. Francamente, Brasil debe evaluar la conveniencia de mantener su Director Ejecutivo ante el Fondo Monetario Internacional. Esperamos que muy pronto se restablezca la coordinación económica entre los dos países.

Fuente: http://www.portafolio.com.co/archivo/documento

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